La Libertad es una ciudad para practicar surf en la costa de El Salvador. Los jóvenes vienen aquí a disfrutar del sol, la arena y el surf. Sin embargo, a unos kilómetros se encuentra una situación totalmente distinta: las familias viven en la pobreza y la extrema pobreza. Mientras que la carretera a La Libertad es excelente, la carretera en el interior de las comunidades, es una de las peores que hemos visto, empeorada aún más por las recientes lluvias intensas. Estaba casi intransitable debido a tantos baches.
Una organización local, llamada FECORACEN, ayuda a las familias a cultivar sus propios alimentos orgánicos. Con el apoyo de Kenoli, organizaron un curso de apicultura para mujeres de cinco comunidades. Al principio, las mujeres tenían mucho miedo de las abejas y no querían tener nada que ver con ellas. Sin embargo, a medida que aprendían más, fueron superando sus temores.
Visitamos uno de los grupos de mujeres en la aldea de Las Mesas. Este grupo resultó ser el más exitoso de los cinco. De las dos colmenas iniciales que les dieron, ahora tienen 28 en el bosque.
Algunas colmenas en el bosque
Las mujeres produjeron 1,000 libras de miel en su primera cosecha. También produjeron 600 libras más, en la segunda cosecha, para un total de 1600 libras de miel en un solo año. ¡Un grandioso éxito!
Nos enseñaron su equipo de protección para trabajar con las abejas y también cómo extraen la miel.
El miedo inicial a las abejas se ha transformado en amor. Además de proporcionarles un medio de vida, las mujeres saben que están protegiendo el medio ambiente, ya que estas diminutas criaturas son esenciales para la polinización de los cultivos.
Mientras los surfistas disfrutan de la playa, a pocos kilómetros de distancia, mujeres laboriosas y valientes trabajan para salvar el planeta, cuidando de estas importantes polinizadoras, sin que muchos lo sepan.
Vera Radyo & Ken Phillips