«Hace tres años ni soñábamos con trabajar en esta comunidad, porque estaba invadida por bandas criminales», nos cuenta Marvin Pineda, ingeniero agrónomo de ADES y socio de Kenoli.

Durante muchos años, las bandas criminales controlaron El Salvador, elevando la tasa de homicidios del país a una de las más altas del mundo. Para combatir esta situación, el gobierno declaró un estado de excepción, que ha sido renovado regularmente durante aproximadamente dos años. Todos los sospechosos de pertenecer a bandas criminales han sido detenidos y encarcelados, lo que ha limpiado las calles y aumentado la seguridad. Esto ha permitido la creación de pequeñas empresas en las zonas rurales, donde antes no había ninguna.

Sin embargo, el estado de excepción ha llevado a la suspensión de los derechos humanos y a un gobierno autoritario. Sin pruebas de delito, se detiene a las personas y las audiencias para su liberación, se posponen con frecuencia. Entre los afectados se encuentran el ex director de ADES y otros miembros de la comunidad, quienes fueron encarcelados en enero de 2023 y liberados nueve meses después, solo para ser puestos bajo arresto domiciliario sin poder trabajar ni salir de casa. Además, recientemente se aprobó una ley que prohíbe el debate o la educación sobre cuestiones de género o LGBTQ, consideradas ideologías. La gente teme denunciar las injusticias o la corrupción, ya que quienes lo hacen, también han sido encarcelados.

A pesar de estas difíciles y complejas condiciones, ADES continúa trabajando para ayudar a quienes viven en la pobreza y en la pobreza extrema en esas comunidades aisladas. Conocimos a Fidel, quien padece una enfermedad renal a causa del uso prolongado de productos químicos para sus cultivos, sin equipo de protección. Ahora, gracias a ADES, ha aprendido a fabricar y utilizar pesticidas naturales para su huerto y su campo de maíz.

Fidel con Marvin de ADES

Narcisa tiene ahora un huerto y un gallinero que le ayudan a alimentar a su familia

René perdió su cosecha de maíz debido a las fuertes lluvias. Dijo: «Si no replantamos, no comemos».

A pesar de la compleja situación de su país, con el apoyo de ADES, estas valientes personas se esfuerzan por mejorar sus vidas y fomentar la esperanza en un futuro mejor.

Vera Radyo & Ken Phillips