HONDURAS

La pobreza, la falta de oportunidades de empleo, la educación inadecuada y la sensación de desesperanza hacen que la juventud rural sea vulnerable a la migración externa y al reclutamiento de pandillas. La migración es peligrosa y perturba el tejido social de las familias y las comunidades. La actividad de pandillas es omnipresente en Honduras, infundiendo miedo y perpetuando la violencia en la vida diaria.

Desde 2011, Kenoli ha trabajado con el Grupo Juvenil Dion para abordar las limitadas oportunidades para la juventud rural y prevenir la migración, la violencia y el reclutamiento por pandillas. Más de 500 jóvenes han sido capacitados a través de talleres móviles rurales en reparación de motocicletas, reparación de teléfonos celulares, peluquería, panadería, confección y electricidad. Estos jóvenes no solo adquieren habilidades técnicas que conducen al empleo, sino que también reciben capacitación en valores sociales, habilidades para la vida y emprendimiento. Muchos han iniciado sus propias microempresas o se han asegurado empleos, marcando éxitos significativos en un entorno desafiante.

Recientemente, Kenoli apoyó al Grupo Juvenil Dion en Yoro, al norte de Honduras, una zona plagada de altos índices de tráfico de drogas y migración. Los jóvenes, e incluso algunos adultos mayores, participaron con entusiasmo en talleres de panadería y peluquería. Estos talleres proporcionaron nuevas habilidades y oportunidades de empleo, infundiendo esperanza para un futuro más prometedor.